martes, 5 de abril de 2016


                   PRESENTACIÓN  DE  LAS  EDADES  DEL  ALMA  EN  ALGECIRAS
Imagen del fotógrafo Tomoyuki Hotta
Tomoyuki Hotta 
                                      
Imagen del fotógrafo Juan Moya

Juan Moya compartió su álbum.


https://www.youtube.com/watch?v=04WqWHfsOlw  Subido por Manuel Argumedo del Olmo
https://www.youtube.com/watch?v=F_lSYDTAMzA   Subido por Juan Moya
http://culturaenabierto.com/…/las-edades-del-alma-ultimo-p…/ Por Nuria Ruiz

La presesentación de Las edades del alma, de Paloma Fernández Gomá, publicado por la editroial Torremozas, tuvo lugar el día 1 de abril en el Centro Documental José Luis Cano de la ciudad de Algeciras.
El acto estuvo presidido por Don José Ignacio Landaluce, alcalde de la ciuad de Algeciras. En la mesa, se encontraba la Delegada de Cultura del Ayuntamiento de Algeciras Pilar Pintor Alonso.El primer edil destacó la importante contribución que Fernández Gomá realiza al mundo de la cultrua algecireña.
El libro fue presentado por el Cronista Oficial de Algeciras, Luis Alberto del Castillo Navarro y el Vicedirector de la UNED del Campo de Gibraltar, el profesor de Literarura José Juan Yborra Aznar. Durante el acto, miembros pertenecientes al Ateneo José Román de Algeciras, entre los que se encontraba su Presidente, Juan Emilio Ríos Vera, dieron lectura a poemas y fragmentos de la obra.

A la referida presentación acudió numeroso público, entre el que se encontraba la Directora de la ONCE en Algeciras Concha de la Fuente, y los Concejales socialistas Francisca Pizarro Anillo y Francisco Fernández Marín.
Los versos fueron leídos por los poetas: Juan Emilio Ríos Vera, Marilén Cosano, Rosario Pérez, Carmen Sánchez, Nuria Ruiz y Mar Marchante.
Entre los asistentes estuvo el pintor Antonio López Canales y la Presidenta de la ASOCIACIÓN ACADEMUS.
Las palabras vibraron por la calidez con la que fueron acogidas por el público. Todo fue próximo, cercano y muy sentido. Los recuerdos fueron recobrados por Luis Alberto del Castillo, y José Juan Yborra abordó el tema literario. Pero mejor será que lean sus palabras, ahora, escritas en este blog por cortesía de sus autores.
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PALOMA FERNÁNDEZ GOMÁ: Desde El ocaso del girasol y Relatos
de Mujeres hasta Las edades del alma. (1991 a 2016).-
Esta tarde, en esta Sala Poeta Manuel Fernández Mota, el profesor José Juan Yborra hablará de la creadora de Las edades del alma y de su significado literario. Me consta, sé que es la persona adecuada para hacerlo de manera inmejorable.
En cambio, yo prefiero hablar de la mujer. Cosa de mayores, que difícilmente puede olvidar a aquella joven escritora que creaba ficciones maravillosas, entrañables relatos en los cuales sus protagonistas eran mujeres. Mujeres dulces, firmes, incluso algunas duras frente a sus aventuras personales. Mujeres, como se dice hoy, empoderadas; palabra derivada del verbo inglés empower, que a fines de los años 80 e inicios de los 90 ni Domingo F. Faílde ni yo habíamos oído.
Durante aquellas fechas traté a Paloma, siempre atenta a las escasísimas orientaciones que Domingo y yo le formulábamos. Sus relatos veían la luz en “La Isla”, Semanario Cultural de Europa Sur. Paloma entonces, al igual que ahora, parecía una mujer frágil, súper educada, jamás le he oído un comentario malévolo hacia nadie, nunca la he visto enfadada.
Andando el tiempo, ante una experiencia vital durísima, Paloma me demostró que era fuerte, entera como el acero más conseguido en la mejor de las acererías. Y es que detrás de la Paloma emprendedora de Tres Orillas, “aluego” como decía mi amigo el castizo, Dos Orillas, siempre estuvo Paco, su esposo, su compañero de toda la vida. Y es que tras toda creadora o creador existe una persona amada y amante que es soporte de su obra. Y las más de las veces también soporta, sufre los singulares estados de ánimo que toda tarea creativa comporta.
Paloma siempre abrió sus proyectos literarios a los demás. Hoy mi emoción es enorme. Recuerdo una tarde similar, hace 13 años, cuando presenté sus Lucernas para Jericó. Recuerdo la emoción de su madre. Los profundos sentimientos que embargaban a nuestra poeta al leer los versos, los poemas que en su libro rendían un cálido homenaje de amor filial a la imperecedera memoria de su padre.
Sí, querida Paloma, ha habido una larga senda, que ya Rafael Soto Vergés advirtiera en Senderos de Sirio: “poesía cósmica, pero a la par con una hondura intimista extraordinaria”.
Te deseo que Las edades del alma sean parte de un largo y fecundo caminar a través de un tiempo creador extenso y futuro.

                                 Palabras de Luis Alberto del Castillo Navarro
                                                         
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Presentación de Las edades del alma, de Paloma Fernández Gomá (Madrid, editorial Torremozas, 2016)
                                                                              José Juan Yborra


Las edades del alma es un libro sutil y hondo, escrito con la sutileza de la palabra buscada y hallada, capaz de reflejar la hondura de un universo literario muy caro a la autora.
El propio título y su estructura nos lleva a asociarlo inmediatamente con los vericuetos y trastiendas de filosofías arcanas y con desvelados taoísmos; pero va mucho más allá. Se estructura en siete apartados o niveles, a los que se les añade dos textos con clara función epilogal.
En el “Primer nivel” la poeta reflexiona sobre el concepto inicial de la fecundación, que entiende como hecho que otorga una función inicial de todo trayecto vital (p. 12); el “Segundo nivel” es un canto a la eclosión a la pubertad como inicio clamoroso de la existencia consciente (p. 15); en el “Tercer nivel”, aunque aún no hayamos alcanzado el ecuador del proceso total, la escritora manifiesta ya de forma decidida sus particulares ansias de plenitud (p. 17); en el “Cuarto nivel” comienza a rondar uno de los temas esenciales del texto: la necesidad de la trascendencia (p. 21); el “Quinto nivel”, próximo ya a la finalización del ciclo, lejos de tratar el fin, buceará en una constante regeneración; el “Sexto nivel” parece mostrar ineludibles barruntos de la muerte, mientras que con el “Séptimo nivel” se alcanza un premeditado clímax en el que se realiza un canto a la regeneración final (p. 35). Hasta este momento, Paloma Fernández Goma es capaz de construir un poemario con una estructura claramente progresiva, de “cantata” musical, en la que las partes de la sinfonía van trenzando una compleja red de palabras en busca de una decidida escala ascendente de proyección infinita.
La obra se cierra con dos poemas conclusivos: “Es el alma el fruto del alimento”, donde la autora realiza una reflexión sobre el alma y el tiempo (p. 38) y “Seré el origen del alma engendrado”, texto que se inicia de forma antitética con una cita del Génesis: el primer libro de La Biblia, el que se inicia de forma tan literaria con la famosa reflexión que defiende el valor primigenio de la palabra, va a servir para prologar el texto con el que finalizará el poemario, en el que se realizará una reflexión sobre el valor de la regeneración como toda una metáfora de la vida (p. 41).
A lo largo del libro, Paloma Fernández Gomá es capaz de expresar una serie de particulares obsesiones que acaban configurando el peculiar universo literario que se vertebra alrededor del libro: el paso del tiempo y el poder del alma para traspasarlo; el valor de la palabra como medio de manifestación y difusión; la regeneración, como eje rector de los ciclos vitales; el telurismo generador de un escenario poético bien diferente de la realidad cotidiana; la decidida multiculturalidad; la indisimulada presencia de pilares religiosos-existenciales; las reflexiones gnómicas; la mitología como instrumento de introspección y, sobre todo, un marcado alejamiento del materialismo, que se consigue con una enérgica llamada a la trascendencia y un ansia de plenitud y recurrencia como un particular triunfo sobre la muerte y la aniquilación final.

Estos son los mimbres sobre los que se construye este universo hondo y profundo, de naturaleza religiosa, mística y existencial, con que la escritora reivindica se rechazo al materialismo actual y defiende la introspección espiritual como personal huida de un mundo rechazado. Pero esta hondura se formaliza de forma sutil, con un tratamiento exquisito y cuidado del lenguaje. Desde el primer verso vemos cómo se cumple el jakobsoniano Principio de Extrañamiento con una verdadera recurrencia de figuras retóricas, desde adjetivos imposibles a constantes antítesis donde la autora manifiesta su decidida ansia de totalidad que siempre es capaz de esbozar gracias al lenguaje.
Las edades del alma es un libro sutil y hondo que seduce con una palabra que extraña y reconforta, que despierta el alma con la placidez de las obras que abren y cierran ciclos en sugerentes bucles camino de la eternidad.

                  


                                                   



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Foto de Tomoyuki
Foto de Juan Moya
Foto de Tomoyuki
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Composición de Mar Marchante
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RESEÑA DE LAS EDADES DEL ALMA, POR  JOSÉ CENIZO, APOARECIDA EN LA WEB DE ACE http://acescritores.com/
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Noticia en el diario Europa Sur